Los temas relacionados con el amor de pareja, han sido fuente constante de inspiración a todo tipo de artistas y literatos. Desde el secuestro amoroso de la griega helena por parte del troyano Paris, los amoríos de Cleopatra primero con julio César y luego con Marco Antonio en la antigua Grecia, o la historia del medievo entre Romeo y Julieta, constantemente en la civilización occidental ha estado muy presente la relación de pareja.
Mucho más sucede en estos tiempos, en los que está muy presente en programas de televisión por doquier, en series con altísimos índices de audiencia, en figuras mediáticas tremendamente conocidas (a veces más conocidas por su vida sentimental que por su oficio), e incluso en líderes políticos mundiales.
Es el tema por excelencia que domina en diferentes artes como la literatura, la pintura, la escultura, el cine, y son fuente de noticias constante en la prensa, la televisión e Internet. Las redes sociales como Twitter o Facebook, se hacen eco inmediatamente al respecto de los personajes populares más mediáticos con millones de seguidores. Todo esto hace que cada uno vaya creándose mentalmente una serie de pensamientos de lo que es, lo que supone una relación de pareja, una idea del amor no siempre muy aceitada y demasiado condicionada por los medios de masas.
En este capítulo vamos a analizarlos para descubrir desde un prisma psicológico, cuánto hay de verdad en ellos, cuánto de falsedades o exageraciones y prejuicios.
Las cuatro grandes creencias que rodean una primera idea del amor, que podemos llamar romántico son,
EL AMOR ES INCONDICIONAL.
«Da igual lo que suceda y lo que el otro haga, ¡siempre le amaré!»
Es una forma de entenderlo que parece impermeable, y se mantiene cerrada bajo llave, a cualquier cosa que pueda darse, pese a lo dañina que pudiera resultar. No tiene en cuenta que además del sentimiento, la relación hay que cuidarla y nutrirla para que se mantenga en positivo.
Tiene solo en cuenta el enamoramiento del principio, y trata de protegerlo a toda costa, sin desarrollarlo en el futuro.
Se debe entender que si una relación no evoluciona en el tiempo, y no fluye la afectividad, es porque está atascada y entra en un terreno poco positivo.
MI AMOR ES ÚNICO.
«Esta forma de amar es la mía, y nadie más podrá llegar a ella ni entenderla».
La intensidad de los sentimientos y emociones experimentados, muchas veces por primera vez, es fácil que te lleve a la conclusión de que sentir algo así es algo solo tuyo. Y como nunca antes lo habías sentido, a nadie más le puede pasar, sólo tú puedes haber sentido algo así.
Todos hemos tenido una primera vez (la excepción confirma la regla), y con el tiempo otras cosas deben acompañar al enamoramiento, pues las relaciones de pareja requieren de compartir más aspectos (inquietudes, aficiones, amistades, actividades, ideología, etc.) para que se consoliden.
EL AMOR ES CIEGO.
«Cuando me enamoro creo que con quien estoy es perfecto y/o hace todo maravillosamente».
No tiene en cuenta nada, ni se atiene a razones, ni acepta críticas ni consideración alguna que lo altere. Cualquier objeción es un obstáculo y se debe desconsiderar, cualquier advertencia de los demás solo pretende fastidiarme. Se convierte en lo único, ya no puedo ver nada más en mi vida.
Pero además del sentimiento de enamoramiento inicial, que suele ser intenso y radical, en una relación de pareja se trata de conocerse, de aprender a quererse, de compartir y de crear un vínculo común en el que cuantas más cosas quepan, más satisfactoria y plena será.
MI AMOR ES ETERNO.
«Como lo que sentimos los dos es verdadero, durará para siempre».
No tiene en cuenta nada, ni se atiene a razones, ni acepta críticas ni consideración alguna que lo altere.
La idea de intemporalidad es característico de los primeros enamoramientos. Es como algo que está por encima del tiempo, que nos sitúa como un par de palmos por encima de la realidad, en la cual no existiera ninguna otra cosa importante.
Pero lo cierto es que ese estado se irá integrando en cada uno, y la relación debe ir dando paso a otros retos y objetivos, y dependiendo de que se alcancen o no, la relación puede durar o puede acabar.
Tratar de mantenerla para siempre por encima de cualquier circunstancia o situación, es un error importante. Es comprensible que se quiera mantener, pero no se puede pagar cualquier precio con tal de conseguirlo.