3. Efectos sociales en la identidad de género

El género no es solamente un patrón de comportamiento que se transmite a hombres y mujeres mediante la socialización. También es una experiencia que interiorizamos y que configura nuestra identidad, nuestra manera de pensar, sentir y actuar.

En base a esa interiorización también se elige con quién ir, establecemos preferencias en los estudios, e incluso proyectamos uno u otro futuro profesional. Casi como un hábito imperceptible, nos hemos acostumbrado a que determinadas tareas laborales la realicen los hombres ( como futbolista o bombero) y otras las mujeres ( como gimnasta o cocinera). Pero, cada vez es más frecuente ver a mujeres que realizan tareas que anteriormente eran típicas de hombres, como policía o militar, rompiendo esas barreras invisibles que nos impone la sociedad.


Aún así siguen imperando esos prejuicios y estereotipos, que a la hora de tomar decisiones importantes, como los estudios o profesión a elegir, influyen por cuál opción decantarse. Al trazar el futuro, este se contempla como más fácil y menos problemático cuando la opción elegida coincide con lo que se espera de mi sexo, que cuando es al contrario.


Igualmente en lo relacionado con el ámbito personal, se ha de tomar conciencia de que, los hombres pueden ser cariñosos, sensibles, empáticos y corresponsables con las tareas domésticas y la crianza de nuestras hijas e hijos, y a la par, conservar los atributos positivos de la masculinidad, e igualmente las mujeres pueden ser autónomas, asertivas, seguras de si mismas, independientes, buscar espacios y tiempos para ellas mismas, evitar sobrecargarse de responsabilidades y, además, mantener los atributos positivos de la feminidad.

Independientemente del sexo que tengan, las mujeres y los hombres pueden ser al mismo tiempo racionales, intuitivas/os) autónomas/os) independientes, decididas/os, corresponsables tanto en el espacio doméstico como en el público … , y es conveniente mentalizarse de ello para que no se dejen cosas de lado, ni opciones de cualquier tipo, por causa de los estereotipos de género dominantes.

Vivir sin cortapisas la libertad personal e individual es un objetivo importante a tener en cuenta y practicar siempre.

Recuerda que no tenemos por qué limitar nuestras potencialidades y capacidades a causa de nuestro sexo.

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